martes, 30 de noviembre de 2010

¿EN QUÉ CONSISTE LA APRECIACIÓN MUSICAL?

El término “apreciar” refiere a “valorar”. Para entender la música, es importante conocer los diferentes aspectos que la componen, desde su parte teórica hasta la misma historia, del cómo el compositor hace uso de todos y cada uno de los elementos que ésta le brinda, del cómo el escucha accede e interactua con ella.

Lógicamente toda persona que escucha se convierte en un oyente. Pero hay muchas formas de escuchar, y en esto van a intervenir factores tan importantes como la capacidad de atención y la formación musical de quien escucha.

Muchas personas tienen un gran conocimiento auditivo de numerosas grandes obras de la música, aunque no sepan leer ni interpretar una partitura.

En muchos casos, sus opiniones y sus gustos son excelentes, pero no saben expresarlo con un lenguaje apropiado, lo que les puede producir una sensación de frustración e inseguridad que les impida comunicar sus opiniones ante los músicos. Con frecuencia estas conversaciones se convertirían en una “torre de Babel” sin posibilidad de entendimiento.

¿QUÉ SENSACIONES O SENTIMIENTOS GENERA LA MÚSICA?

Dicen que la música amansa a las fieras, no sé si es verdad, lo que sí sé es que hace que a uno le varie el estado de ánimo, también te hace viajar a otro tiempo o a una situación en concreto. Al escuchar ciertas canciones inmediatamente las asociamos a distintos momentos de nuestra vida. 


Las investigaciones más recientes han mostrado que la música, al actuar sobre el sistema nervioso central, favorece la producción de endorfinas, dopamina, acetilcolina y de oxitocina. De las endorfinas se conoce que motivan y elevan las energías para enfrentar los retos de la vida ya que producen alegría y optimismo; disminuyen el dolor y contribuyen a estimular las vivencias de bienestar y de satisfacción existencial.
Estos y otros beneficios de la música se apoyan en sus propiedades, muchas de las cuales han sido objeto de numerosos estudios e investigaciones; así tenemos que algunos de sus elementos como la armonía, la melodía, el ritmo, el volumen o intensidad, la altura o tono y el timbre, ejercen determinadas influencias sobre los sujetos.
La melodía influye directamente sobre el ámbito de la afectividad, se relaciona con estados subjetivos de placer-displacer, alegría-tristeza.
El ritmo, en su condición de elemento dinámico, actúa como un estimulante del estado físico y anímico.

La armonía, cuando es disonante, provoca estados de ansiedad, inquietud o agitación; por el contrario, cuando es consonante, se relaciona con estados de serenidad, equilibrio, estabilidad y reposo.

El timbre o tono, provoca respuestas emocionales diversas de acuerdo con la naturaleza del instrumento; así los de cobre excitan, los de viento impulsan, las cuerdas sedan y los membranófonos calman.

La altura, cuyo equivalente subjetivo es el tono, cuando es alto provoca un estado de cierta excitación o alegría; pero si es excesivo provoca molestias e irritabilidad.

La intensidad, cuando es débil provoca sensación de intimidad y expresa quietud y serenidad; cuando es alta puede provocar molestias psicológicas y físicas (dolor).


Otros efectos
• Según el ritmo se incrementa o disminuye la energía muscular.
• Acelera la respiración o altera su regularidad.
• Produce efectos marcados y variables en la presión sanguínea, el pulso y la función endocrina.
• Tiende a demorar la fatiga e incrementar el endurecimiento muscular.
• Aumenta la actividad como escribir a máquina.
• Puede provocar cambios en el trazado eléctrico del organismo, en el metabolismo y en la síntesis de variados procesos enzimáticos. 


¿POR QUÉ APRECIAR LA MÚSICA?

¿LA MÚSICA CURA?

        
La músico terapia es una técnica terapéutica que utiliza la música en todas sus formas con participación activa o receptiva por parte del paciente (Congreso Mundial de Musicoterapia, París, 1974).

Todos nosotros sabemos reconocer cuándo una canción nos parece triste. Generalmente asociamos nuestro estado de ánimo a la melodía de numerosas obras de todo tipo. Pues bien, precisamente la musicoterapia recurre a estas melodías como método para curar o reducir diversos problemas de salud.